lunes, 30 de septiembre de 2013

TEATRO EN PANAMA

El teatro panameño como manifestación artística,  de gran importancia para aquellos estudios que tratan de hacer un acercamiento sobre su impacto y trayectoria.  El teatro en panamá,  a diferencias de otros países  que forman parte del viejo mundo conocido, vista mucho en cuanto a la magnitud de sus primeros pasos. De hecho, a la llegada de las grandes empresas, auspiciadas por reyes y gobernantes europeos. Con este hecho, hace aparición el conocimiento humano de la época. Se podría decir que la producción artística en los pueblos solo fue documentada, posterior al establecimiento de las primeras poblaciones para el nuevo mundo. Particularmente, estas manifestaciones artísticas de panamá, especialmente en el teatro  se perdió el  interés por muchos años en panamá. Su primer acontecimiento de gran importancia, en el teatro en panamá, fue el juego de moros representado en 1532 pero tuvo orígenes  en España, donde se le denomina  una práctica común con fines evangelizadores. Al referirnos  en los antecedentes en el teatro de panamá, es necesario mirar los capítulos de las historias y esto nos lleva a las manifestaciones de los  grupos indígenas, una variedad de investigadores hacen referencia sobre las llamadas formas dramáticas, propias de los grupos indígenas existentes en panamá. Incluso dichas formas  son consideradas un área que antecede a la emergencia  de formas en las producciones teatrales en panamá que han sido de gran desarrollo, significado, valor y de gran interés artístico. Rodríguez un investigador (1984) afirma, grupos de indígenas existentes en Panamá, son sus contemporáneos, sus característica y tradición, en estas ceremonias constituyen celebraciones que viene desde hace mucho tiempo en las cuales es muy poca evidente, por las influencias occidentales. Son muy importantes estas manifestaciones culturales que provienen de los indígenas  ya que no hay que obviar sus formas dramáticas, ya que en ellas representan un testimonio vivo importante en el estudio en el teatro de Panamá. Entre estos grupos indígenas se destacan: Guaimíes Este grupo de indígenas se pueden encontrar  en las regiones de las provincias de bocas del toro, Chiriquí y Veraguas, desarrollan ciertos ritos y fiestas que hacen parte de la cultura y que son practicadas por sus antepasados, antes de la llegada de los españoles. Entre estas manifestaciones de los guaimíes que son practicadas y que aún existen  las más reconocidas incluyen La balseria que puede ser ceremonial o deportiva y la chuchería  que consiste una celebración con respecto a la entrada de la pubertad de la mujer donde interviene el baile el canto y otras alegorías.  LOS KUNAS Éstos ocupan regiones selváticas y ribereñas de la provincia de Darién. Los Kunas desarrollan practicas donde se observan elementos teatrales más notorios. Las fiestas de la pubertad la  ynahuila, Amaca, Nelsurva, consisten en diversos cantos que describen acciones que son protagonizadas por participantes, Adicionalmente los cunas desarrollan otras festividades que celebran otros aspectos de la vida cotidiana, como la cacería las cuales consisten en actos descriptivos.  LOS CHOCOES Éstos ocupan regiones selváticas y ribereñas de la provincia de Darién. Chocoes  cuentan con ceremonias  de invocación de espíritus Pidiendo protección, cuando realizan actividades como la cacería pesca construcción de viviendas y la agricultura.

En la evolución al teatro la  actividad cultural e el Istmo a principios del siglo XVI eran extremadamente mínimos. La falta de riqueza apreciable y  hostil, complementados con el afán de riqueza o el espíritu de curiosidad o de aventura de extranjeros, fueron factores decisivos que coadyuvaron al abandono cultural en el territorio panameño. Posteriormente, la actividad cultural da sus primeros pasos a lo largo del siglo XVI y continúa floreciendo. Consecuentemente, el teatro también se vio favorecido por el despertar de las artes a partir de la primera mitad del siglo XVI.

En 1501, con la llegada a Panamá de Rodrigo Galván de Bastidas, motivado por los interesantes "descubrimientos" en el nuevo mundo, se dio inicio al periodo hispánico, significando además la incorporación del Istmo a la Historia Universal. Sin embargo, a pesar del papel de Galván de Bastidas en el territorio panameño, las manifestaciones artísticas tardaron varios años para que empezaran a aflorar. Al respecto, Ávila (1985) planteó lo siguiente:

"Desconectada la población flotante y las actividades mercantiles de las Ferias de Portobelo y del enlace terrestre, a través del Istmo, entre las flotas de uno y otro océano, nada socialmente apreciable podía haber en ella, la actividad cultural se limitaba a la rudimentaria de algunas escuelas eclesiásticas y la literatura naturalmente no existía".
En otras palabras, lo realmente importante para ese entonces era el enriquecimiento personal en la mente de aventureros y buscadores de fortunas que viajaban desde Europa, reduciendo drásticamente las posibilidades para el auge de la cultura en el Istmo. Agrega Ávila que la actividad teatral a inicios del periodo hispánico se limitaba entonces a los  cantos, coplas y  romances que  por parte de aquellos hombres con talento que ocasionalmente transitaban por Portobelo por motivo de las ferias mercantiles que allí se celebraban, con este hecho El teatro de panamá comienza dar a conocer a sus primeros precursores:

Rogelio Sinán: Se le atribuye la autoría y puesta en escena de La Cucarachita Mandinga entre 1937 y 1938, marcando un suceso sin precedentes en la historia del arte nacional por su mérito artístico y la acentuación de lo vernacular y lo folklórico. Sinán, cuyo verdadero nombre fue Bernardo Domínguez Alba, representó una forma de rebelión contra las formas tradicionales de la poesía existente y la primera manifestación dramatúrgica que logro plasmarse escénicamente en la primera mitas del siglo XX. La labor de Sinán fue determinante en años siguientes en el fomento de nuestro teatro y la literatura.

Anita Villalaz: Nacida en Bogotá y una vez profesora del Conservatorio Nacional de Música y Declamación, en el teatro y crea una compañía que logra ubicarse en el mapa artístico de nuestro país. Incluso hay quienes la consideran la primera de nuestras mujeres que se destaca en el arte de la actuación. Interpretó obras de García Lorca, Jacinto Benavante, Marcel Pagnol, Shakespeare, entre otros, motivando el espíritu artístico en la ciudad de Panamá. Adicionalmente, participó en la primera telenovela nacional en Panamá producida en 1964 y la cual se denominaba En La Esquina del Infierno, escrita por Aurelio Paredes.

Ramón María Condomines: Junto a Sinán, realizó labores importantes durante el periodo de resurgimiento del Teatro Nacional. Bajo su dirección se forma el Teatro Experimental de Panamá, grupo en que se da la mayor cantidad de teatristas panameños. Monta su obra Misterios de la Pasión, mejor conocida como El Gran Drama, considerado uno de los espectáculos más aplaudidos a fines de los años 70.

Miguel Moreno: La participación de Miguel Moreno en el fomento de nuestro teatro se hizo notoria con la fundación del Teatro Club y el Teatro Estudiantil Panameño en 1961, significando así una iniciativa encomiable en inculcar el arte teatral en los jóvenes de la época.

José A. Díaz: Reforzó notablemente el movimiento teatral universitario, el cual apenas había comenzado a desarrollarse en la década del 60. Contribuyó a acrecentar las nociones sobre arte dramático y a definir las características del Teatro Universitario que se mantienen imperecederas.

José Ávila: Tal vez una de las figuras más prominentes de nuestro teatro. Dirigió el Círculo de Arte Dramático de Panamá y fomentó la actividad teatral en la capital. Se le atribuye la autoría de muchas obras que él mismo montaba y varios estudios dirigidos a resaltar la importancia de nuestro teatro.


EL TEATRO EN NICARAGUA.

No fue sino hasta 1900 que surgieron los primeros rasgos importantes en la cultura teatral nicaragüense, hasta entonces solo habían existido dos corrientes teatrales, la popular que se remonta a los antecedentes prehispánicos fundidos por la tradición española de raíces medievales y la culta que se caracteriza por presencia e imitación de la dramaturgia peninsular del siglo XIX. La corriente teatral popular germino lo que es una de las obras representativas del teatro latinoamericano y del Caribe. 

El Güegüense, sus orígenes se remontan por una parte al teatro precolombino y por la otra se complementan por el injerto  hispánico en el primer siglo colonial; el elemento que revela de entrada el carácter mestizo del Gueguense es el lenguaje, que es un dialecto mezcla del español y el náhualt, semejante al creole o al papiamento; simultáneamente se establecía en la escuela nacional de bellas artes un grupo de teatro experimental, conocido como teatro experimental de Managua el cual fue primeramente dirigido por el italiano Lucho Ranucci, quien abandonaría pronto el país, entonces el teatro contrato como director a Manuel Rodríguez cual su verdadero nombre fue Alfredo Valessi, durante la dirección de Valessi y por iniciativa de Rolando Steiner, encargado desde 1960 de la página de cine y teatro del diario La Prensa, y con el apoyo de este órgano se creó el premio anual 





El Güegüense de Oro, para las mejores representaciones teatrales.  Pablo Antonio Cuadra, uno de los mas autorizados güegüencistas, coordinador del grupo y creador de varias piezas como La chinfonia, el bailete del oso burgués, La novia de tola y Por los caminos van los campesinos, podría considerarse uno de los personajes culturales más relevantes en la historia del teatro nicaragüense, siendo también participe del movimiento de vanguardia, fundó el famoso teatrito lope, cuya vida fue efímera y renovadora, y montaron entremeses y adaptaciones de obras clásicas como julio cesar- Shakespeare y algunas piezas de carácter moderno como las del francés henri gheon. También trabajaron con el Gueguense y otras pequeñas obras originales de las colonias.
Este movimiento de vanguardia trato de impulsar un teatro abierto a nueva perspectiva en el que se diera la aventura de la libertad, el juego original y el rechazo de la lógica aristotélica, que se puede apreciar en el drama mayor por los caminos van los campesinos (1937), valorada como una de las piezas representativa del teatro contemporáneo de Iberoamérica que expone y critica el problema de la guerra civil a través de una sostenida acción, ilustrada con oportunas expresiones populares.

En fin, esa primera corriente teatral popular ofrecía en general obras anónimas de carácter mestizo, impulsadas por los misioneros desde la conquista.

La segunda antes mencionada corriente teatral culta, había producido las primeras obras de autores nacionales como fueron Al borde del abismo de Manuel Blas Sáenz (1887); Alemania y Nicaragua de unos jóvenes leoneses (1877), Manuel acuña de Rubén Darío (1886) y lo que vale una lotería de Carlos García (1891). La relativa consolidación republicana gestada durante la segunda mitad del siglo XIX propició la llegada de compañías itinerantes, sobre todo españolas y suramericanas.

Igualmente, se habían erigido el Teatro Municipal en Leon en 1885, el Teatro de Granada en 1888 y el Teatro Castaño, 1896, en Managua, ciudades que junto con el pueblo de Boaco, acaparaba la actividad escénica de carácter culto.

Con la construcción del Teatro Variedades se incrementaron las representaciones teatrales. Hasta el 31 de marzo de 1931, fecha del primer terremoto que arrasó la capital, fueron muchas las compañías que el público de Managua admiró en ese teatro, como la María Guerrero. Algunas otras compañías venidas del momento fueron La compañía colombiana Unda, con un amplio repertorio de variedades y zarzuela, Opera Bracale, la española de Paco Alba y un largo etcétera.

Otros grupos que alcanzaron a emerger dentro del teatro nicaragüense se destaca el teatro arena nicaragüense (TAN) el cual surgió de la escuela nacional de bellas artes cuyo director busco a Tacho Sanchez para que dirigiera Monserrat la cual fue la primera obra producida que se acredito un galardón centroamericano y otro más transcendente, primer premio en el XI Festival de Teatro Centroamericano celebrado en Santa Ana con Dias sin fin de Eugene O’Neill.  También se destaco el grupo las mascaras formado por el mexicano Cesar Sobrevais, la nicaragüense Leda Ycaza y la italiana Orsola Tomaselli y otro grupo relevante fue Atelier Ruben Dario  fundado también por la escuela nacional de bellas artes también llamada Academia Teatral Ruben Dario.



El grupo de teatro llamado La Comedia Nacional fundada por Socorro Bonilla Castellón que se introdujo también en la historia del teatro nicaragüense, dando funciones en todo el país y que con el apoyo de la UNAN de león, El Proceso de Cuatro Monjas, del italiano Bladimir Cajoli conquisto dos Gueguenses de Oro.

Los primeros dramaturgos locales se produjeron durante las primeras tres décadas del siglo XX, dramaturgos nacionales de Nicaragua no ocasionales, como resultado de una actividad entusiasta y permanente. Entre ellos tenemos Hernán róbleto quien es reconocido como el primero que organizo en Managua una compañía dramática teatral, se caracterizaba por que sus actividades escenicas eran muy extensas y sustanciosas no solo para el teatro nicaragüense sino también de Centroamérica, el Caribe y América latina en general.

Santiago arguello quien tuvo un gran aporte a la historia de teatro nicaragüense por medio de su obra El Ocaso este drama fue muy elogiado en su tiempo no solo por sus coterráneos como el mismo Ruben Dario sino por personalidades mas allá de las fronteras.

Félix Medina aunque salvadoreño fue el primer literato que en Nicaragua se dedico a escribir teatro con regularidad como lo demuestra con sus juguetes de los cual se destaca el drama en tres actos Los Contreras.


Cabe resaltar  que ya sea por la idiosincrasia cultural del pueblo nicaragüense o por razones más ajenas en la historia del teatro en Nicaragua no se registra la creación de organizaciones teatrales, sino, posterior a 1979. La actividad teatral sostenida antes de esta fecha careció de un apoyo organizacional o sindical que velara por aspectos gremiales o aglutinara a los teatreros para promover el desarrollo de esta disciplina artística. La actividad teatral estuvo organizada y dirigida desde las mismas agrupaciones y personalidades del teatro y de algunas instituciones culturales que dieron un perfil al movimiento teatral nicaragüense, a pesar de sus disparidades. Los esfuerzos por hacer del teatro una tradición, de parte del estado nicaragüense, han sido nulos, salvo algunas excepciones. Desde las postrimerías del siglo XIX –inicio del período republicano- se produjeron acontecimientos esporádicos que sentaron las bases de una limitada actividad teatral, desarrollada por esfuerzos privados o independientes.








TEATRO EN EL SALVADOR

En El Salvador la actividad teatral ha venido cultivándose desde la época prehispánica, muy incipiente, si, debido a que en el país no se cuenta con joyas teatrales que nuestros antepasados hayan enriquecido como en otras culturas que manifiestan una actividad teatral que colabora en la configuración de la identidad nacional; sin embargo hasta la fecha el teatro ha estado en constante evolución, limitado se podría decir, pero aportando logros gracias a la contribución de nuevos elementos, valores, conocimientos y talentos que han construido un futuro prometedor al quehacer teatral salvadoreño.

En la matriz que se presenta a continuación se resume lo más importante de los hechos teatrales acontecidos en El Salvador y como este ha venido cultivándose por etapas desde la época prehispánica, y como han influido diferentes elementos para llevar a cabo la puesta en escena de una obra y el desarrollo de este arte.

EPOCA PREHISPÁNICA

Una de las vertientes teatrales desarrolladas en El Salvador, es lo que suele llamarse: “Los Historiantes” que representan las “Historias de Moros y Cristianos”, así como las Pastorelas y otras danzas-teatro que traen reminiscencias prehispánicas. Estas expresiones –ahora populares, tuvieron su origen en un teatro culterano- se remontan a la época colonial y todavía se las puede ver en las fiestas titulares de algunos pobladores y ciudades del país, mezcladas con expresiones teatrales prehispánicas. En otra vertiente se tiene una danzateatro con claras reminiscencias prehispánicas; una de las más representadas es “El Tigre y el Venado”. Esta danza-teatro al igual que las “Historias de Moros y Cristianos” son representaciones populares, es decir, las patrocinan miembros de una comunidad, que casi siempre son habitantes de barrios pobres que se reúnen en su Cofradía para hacer sus propias representaciones teatrales; en esencia este teatro ha perdurado gracias a sus raíces, a su afincamiento en sectores ciudadanos que podríamos llamar marginados de la cultura oficial, pero con estas expresiones han desarrollado una tradición oral muy importante.

PERIODO COLONIAL

En el periodo colonial, aparte de ciertas y religiosas funciones teatrales principiadas por la iglesia católica, no había actividad teatral independiente, así es que el poco teatro que podía desarrollarse en el Salvador llegaba desde Guatemala, que lo recibía de España y México; esto que se llamó Teatro Culto para los sectores dominantes era de temas religiosos escritos en el castellano de la época y con pretensiones de calidad, los más usuales versaban sobre la Natividad de San Juan, la Asunción de Nuestra Señora, la Visitación de Santa Isabel, etc. Estas representaciones las hacían los estudiantes y/o los hermanos religiosos o personas de cierto nivel social en su calidad de aficionados, actuaban en los atrios de las iglesias, plazoletas y en salones de las casas conventuales y de los colegios.

EPOCA INDEPENDENCISTA

Ese marco de referencia es el que se extiende a El Salvador, de aquí saldría los primeros movimientos independentistas y los conjurados usarían los más diversos métodos para no ser descubiertos en sus afanes libertarios, es así como Francisco Gavidia, uno de los fundamentadores de las expresiones literarias de El Salvador, y de ellas el teatro en forma integral, refiere lo que suele llamarse la primera representación teatral en El Salvador. Gavidia estuvo limitado en cuanto a puestas en escenas tanto de su teatro como de sus obras, las compañías que llegaron a este país después de la independencia, en el espacio y el tiempo de la configuración de la República y ya en este siglo, fueron escasas, la plaza, en lo económico, no era muy bonancible; las compañías que se aventuraban, algunas quebraban por aquí, se dispersaban sus integrantes, unas se quedaban en el país animando a grupos aficionados o sirviendo clases.

INICIOS DEL SIGLO XX (1900-1950)

Este periodo fue muy rico en representaciones teatrales y en ejercicio actoral, el cual estuvo marcado por lo que suele llamarse costumbrismo, o criollismo, una manera de designar algunos cuadros de costumbres salpicados algunos, otros con demasiadas expresiones localistas y/o deformaciones lingüísticas; con ello, los actores trataban de abordar la realidad inmediata, los aspectos sociológicos, sociales y políticos de El Salvador, tan ricos en matices como sustancia histórica, pero a muchos les ganó lo folklórico, las seudocostumbres y el pintoresquismo. El factor económico influyó para que el desarrollo teatral en esta etapa fuera bajo en El Salvador, pero algo está cambiando y tiene que mejorar, mientras tanto, se deja dicho que de 1935 a 1950 bajo la intensidad teatral.

DECADA DE 1950

Esta fructífera etapa es la que se inició con la fundación de la Dirección General de Bellas Artes, Enero de 1951, la que entre sus departamentos tuvo uno de teatro, que a su inicio es dirigido por el argentino Darío Cossier; actor y autor argentino nacionalizado salvadoreño. La gente que más va al teatro son los sectores medios de la sociedad; estos sectores medios se ampliaron desde 1950 y el teatro alcanzó los sectores populares o de trabajadores, con la fundación del TEATRO OBRERO del Ministerio de Trabajo, fundado y dirigido por Darío Cossier desde 1952. Este teatro es llevado a los barrios pobres, a ciertas zonas marginales, a las fábricas y otros lugares donde el gobierno desea causar presencia para apoyar alguna actividad política.

TEATRO UNIVERSITARIO

El Teatro Universitario, en su organización y desarrollo, está supeditado a la dirección del profesor Ande Moreau. Moreau, que había sido asistente de dirección de Louis Jouvet, de la Comedia Francesa, trató de fundamentar una buena escuela de teatro y algo hizo, pero no lo desarrollo todo, apenas dejó los cimientos, o quizá, solamente puso la primera piedra, con lo cual sembró las inquietudes, logró que en el presupuesto universitario incluyeran tres plazas para que los estudiantes pudieran dedicarse exclusivamente a esta actividad. De los autores que se destacan en esta época del Teatro Universitario son: Álvaro Menen Desleal, principalmente con su obra Luz Negra llega a las cien representaciones. Con estas cien representaciones el Teatro Universitario alcanza un éxito que nunca antes grupo alguno lo había alcanzado en El Salvador y Centroamérica.

Como esta hubo más épocas en las que el teatro pudo salir a flote en este país de poco empuje hacia este arte. Entre esas tenemos la  (Década de 1970 BACHILLERATO EN ARTES). (Década de1980 FESTIVALES DE TEATRO). (DECADA DE 1990).

La situación actual del Teatro en El Salvador presagia grandes logros para un futuro no muy lejano, si se ve desde el punto de vista que hace seis años en El Salvador la mayoría de representaciones teatrales eran obras clásicas (Edipo Rey, Prometeo Encadenado, La Celestina, Romeo y Julieta, entre otras) montadas para estudiantes de bachillerato. Hoy en día, existen en el país setenta agrupaciones teatrales, según un censo realizado por CONCULTURA, la mayoría de estos grupos subsisten gracias a la venta de obras clásicas en instituciones de educación media. Con el inicio del nuevo siglo viene a despertar el quehacer teatral en El Salvador, en parte porque en el país se ventila un nuevo ambiente, distinto a la época violenta que vivió el país y que reprimió el trabajo teatral; otro aspecto motivante en la época actual es la generación de espacios que los medios de comunicación reservan para temas culturales, especialmente el tema teatral.

TEATRO MEXICANO


Podemos decir que México ha sido producto del enfrentamiento entre las civilizaciones  india- mesoamericana y occidental cristiana, por lo que la historia de su teatro enfrenta una particularidad. Al modo occidental o visión europea era que lo que hacían los nativos no era teatro; si bien es cierto, los actos rituales que ellos hacían estaban llenos de teatralidad, pero eso no los convierte en actos teatrales.

A partir de ello la historia del teatro mexicano iniciaría con el llamado “teatro evangelización”, que se representaba en los atrios de las iglesias, con el fin de enseñar la nueva religión los indígenas para convertirlos a la nueva fe cristiana.

Para resumir, la historia del teatro en México, digamos que hacia 1533, con la representación del juicio final en la simbólica plaza de Tlatelolco, comenzó “la conquista teatral”, que se materializó en la construcción del primer coliseo de comedias en el año de 1616.
En resumidas cuentas, el teatro mexicano se dividiría en:

  •  teatro indígena y/o comunitario, que tiene sus fuentes en las culturas indígenas.
  • teatro religioso, enfocado principalmente a las representaciones de la pasión de Cristo.
  • teatro de revista, ocupó el primer lugar durante las tres primeras décadas del siglo XX, ubicado como un género menor (zarzuelas, sainetes y operetas) que hacían referencia a personajes o situaciones políticas y sociales.
  • teatro dramático, que es el teatro occidental, implantado a partir del siglo XIX

Un acontecimiento importante en 1934 fue la inauguración del palacio de bellas artes con la puesta en escena de la verdad sospechosa de Juan Ruiz Alarcón; del teatro mexicano podemos mencionar algunos de sus principales representantes de los siglos XIX y XX:

Ignacio rodríguez Galván (1816- 1842), obras visitador de México, el privado del rey, francisco González bocanegra (1824-1861), obra vasco Núñez de balboa, José Antonio Cisneros (1826- 1880), obra diego el mulato, José f. Elizondo (1880, 1943), obra chin chun chan, esta obra tuvo en su época un record de más de las mil presentaciones y la dramaturga Amalia castillo ledón (1898- 1986) obra cuando las hojas caen, entre otros autores.

En el siglo XVII aparece Sor Juana Inés de la Cruz considerada una de las primeras defensoras de los derechos de la mujer en México; en su lucha escribió poemas y algunas obras teatrales de temas netamente religiosos, dos de sus obras más importantes son: los empeños de una casa y el cetro de José y el divino narciso, también realizo obras dramáticas con el escritor Juan Ruiz de Alarcón a finales del siglo XVII.
A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, la tendencia teatral mexicana están bajo el estándar de la zarzuela, influencia española, hasta llegar el teatro Ulises en el siglo XX

EL TEATRO ULISES

Este teatro nace en 1928 con el apoyo económico de Antonia Rivas Mercado y la partición de Javier Villaurrutia, Salvador Novo, Celestino Gorostiza y Gilberto Owens, quienes se convierten en los pioneros del nuevo teatro mexicano. Cansados del viejo teatro, fundan un teatro y una revista llamados Ulises.
Durante la segunda mitad del siglo XX, el teatro mexicano se caracteriza por ser comercial, ya que explotan la fama de los actores de televisión.

Rodolfo usigli fue uno de los principales exponentes del teatro moderno en México, que se propuso consolidar un teatro nacionalista, donde entre más local fuera la anécdota, mayor sentido de universalidad alcanzaría, siempre y cuando ese teatro tuviera la fuerza y calidad formal para sostenerse a sí mismo. la influencia de usigli en la escena mexicana ha sido tan radical como extraordinario, al manifestar públicamente que “un pueblo sin teatro es un pueblo sin verdad”.

A finales del siglo XX llega el director japonés Seki Sano alumno de Stanislavski, influyendo el realismo en el teatro mexicano, con un montaje de el autor estadounidense Tennessee Williams, lo que genera una nueva generación de dramaturgos con mayor conocimiento y técnica teatral, entre esos autores  están: Emilio Carbadillo, luisa Josefina Hernández, Héctor Mendosa, etc.; ellos inauguran el nuevo ciclo en el teatro mexicano.

El realismo y el naturalismo llegaron a extenderse en todo el siglo XX, convirtiéndose en la mayor característica del teatro moderno.

El teatro naturalista desecha el verso, incluye la prosa; el naturalismo llega a ser parte de las primeras incursiones del llamado teatro de hechos o documentales, como los motivos del lobo (1956), y del primer texto dramático mexicano con trama policiaca: el pequeño caso de Jorge Lívido en el año 1958.

Luego surge el teatro moderno que se rige por la figura del director que aparece en los años 20, en México a parece con los directores Héctor mendosa, José Luis Ibañe, Héctor Azar, José Sole, Julio Castillo y Juan José Gurrola entre otros.

En definitiva el teatro del siglo XX estuvo más sujeto a las modas teatrales por así decirles que a la permanencia de una técnica, además rompe con el antiguo cliché, que consistía en la agresividad hacia el público.


En los primeros años del siglo XXI comienza aparecer también teóricos críticos y cada una de las personas teatrales, todas con distintas aportaciones en beneficio del teatro.

domingo, 29 de septiembre de 2013

TEATRO CUBANO


A diferencia del resto de teatro latino americano Cuba no tuvo la influencia española.
El teatro Cubano surge de los aborígenes aruacos, del areito que consistía en un ritual mágico religioso en el que el hombre pedía la protección de los Dioses y se creía que tenía poder sobre la naturaleza.
Con la llegada de los españoles trajeron consigo a los negros esclavos para reemplazar la mano de obra aborigen y los negros a su vez  trajeron sus costumbres, su folklor, ritos y tradiciones. Formaron cabildo que consistía en una celebración que estaba llena de bailes, máscaras y disfraces de animales. En estos cabildos representaba pantomima y teatro aparecían figurantes como el rey y reina; a partir de su elección adquiría un relativo poder por encima de sus hermanos, señorío que estaba limitado por el sistema esclavista imperante. El segundo rango lo ocupaba la reina, encargada de asistir al rey en el control del fondo para ayudarse en caso de necesidad.[1]


EL TEATRO BUFO


El Teatro Bufo nace 1868 genero popular amulatado bastante jocoso este teatro se convirtió en el sinónimo de cuba. Fue el teatro  imperante hasta la llegada de los norteamericanos donde el teatro llego a una profunda crisis. Se les expulsa a México y puerto rico donde crece este tipo de teatro.

La tradición Bufa heredad en el siglo XIX se mantiene viva, pues bien sus principales figurar murieron al finalizar el siglo, Bien pronto nace otras generaciones que les sucederá con igual o mayor éxito. 

 LOS AÑOS 40


Surgen importantes instituciones. El patrimonio del teatro fue una fuerte institución financiera que estreno mas de 200 espectáculos teatrales de repertorio universal.

THEATRALIA fue una organización que nace 1943 fue efímera y represento a Louis Jarve.

ANAD nace 1947 y logra 74 estrenos en 7 años.

ACADEMIA MUNICIPAL DE ARTE Dramática se inaugura en 1946, con un plan de estudio de 3 años. En 1960 desapareció al fundarse en 1962 la Escuela Nacional de Artes.



TEATRO REVOLUCIONARIO


La revolución va a permitir que se pasara de las pequeñas “salitas” a la ocupación de grandes teatros, de las funciones de una sola noche, a las temporadas populares. En los escenarios de los años 60 se dan costosas puestas en escena y creaciones de grupos profesionales.


AUTORES


Entre los más sobresaliente tenemos a



Autores
Obras
Nicolas Dorr

El palacio de los cartones, La esquina de los concejales

Manuel Reguera Saumell

Recuerdo de Tulipa, Propiedad particular

Abelardo Estorino

La casa vieja, la dolorosa historia del amor secreto de don Jacinto Milanés

Héctor Quintero

Contigo pan y cebolla, Una balita de la suerte

Eugenio Hernández

María Antonia

José R. Brene
Santa Camila de la habana vieja
José Triana
Camagüey, Medea en el espejo, La noche de los asesinos



Este Teatro  no tenía una figura estética particular se habrá Institucionalizado grupos teatrales y profesionalizado los actores.

Se creó el instituto superior de Artes (ISA) a nivel universitario, como parte del ministerio de cultura, entre muchos autores tenemos a Ricardo Muños Caravaca. Licenciado en artes, profesor de dirección escénica en la (ISA) y actualmente Director del programa de artes escénicas de la Institución Universitaria de Bella Artes y Ciencias de Bolívar.

A fin del siglo XIX y principios del XX nace el Teatro Infantil con titiritero, saltimbanquis procedentes de Europa. Auspiciada por la Sociedad Infantil de Bella Artes y la de Roberto Rodriguez





[1] Panorama del artes Escénico en el Caribe y Centroamérica (Pag. 40)


El Teatro Cubano Contemporáneo